domingo, 5 de abril de 2015

¿Ha llegado la democracia a la vida privada? (Conclusión del debate 12 de febrero de 2015)

Espacio Público: Soledad Murillo de la Vega, Laura Freixas y Paula Ortega Faura
Este debate, que se ha desarrolló fundamentalmente en los dos últimos meses del 2014, ha tratado de analizar las causas profundas de un fenómeno socialmente alarmante, cómo es el de la violencia de género. La ponencia de la que arranca la discusión analiza las circunstancias y la lógica que motivaron la promulgación de la ley orgánica de Protección Integral contra la Violencia de Género y sostiene que la violencia no es un problema que afecte sólo al ámbito privado sino que fundamentalmente atañe   al ámbito público y representa una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres.
Planteada en este ámbito la discusión, muchas de las intervenciones han señalado que no estamos ante un problema propio de un colectivo: las mujeres (puesto que las mujeres no constituyen “un colectivo” y esta consideración sería inaudita en el caso de los hombres) sino ante un problema social frente al que el Estado tiene que tomar medidas efectivas , puesto que todo Poder Público tiene la obligación de garantizar la vida y la seguridad de sus ciudadanos y ciudadanas..
El centro de la discusión se ha centrado en la igualdad. No hay democracia sin igualdad, y no puede haber igualdad en la sociedad sin democracia (Miguel Lorente). El debate sin embargo desborda el ámbito estrictamente político para adentrarse en las causas profundas que laten en la sociedad y que alimentan el machismo.
La violencia es un concepto adquirido. Frecuentemente, la violencia de los hombres contra las mujeres comienza en la infancia y representa parte de la socialización masculina. Muchos muchachos son socializados en la creencia de que las mujeres y niñas tienen obligaciones con ellos (cuidar de la casa, cuidar de los hijos, tener relaciones sexuales con ellos…).( Francisco Abril ) Este análisis arroja un dato inquietante: que los jóvenes, son más propensos a usar la violencia que cualquier otro grupo. La violencia de los hombres contra las mujeres se ejerce, principalmente, en el espacio privado y las relaciones de pareja y su inicio tiene lugar, muchas veces, en las parejas más jóvenes.
El machismo viene de lejos y se introduce en el inconsciente; este es otro de los aspectos relevantes que ha aportado el debate. La imposición de los esquemas del Patriarcado no sólo se producen por mecanismos sociales, culturales y económicos, sino también, por un entramado de estereotipos de género inconscientes, que se han ido tejiendo a lo largos de las generaciones que nos preceden. Durante la infancia se transmiten, consciente e inconscientemente, tanto por el padre como por la madre, y cristalizan en la adolescencia. (Regina Bayo) Estos aspectos de la subjetividad e identidad sexual no son conscientes, -y precisamente por eso-, se manifiestan con gran fuerza en momentos de cambio o de crisis en la vida de la pareja, como con el nacimiento de los hijos, o ante la pérdida de la estabilidad económica.
El debate deja claro que la violencia machista no se puede entender si se reduce a un problema que ocurre entre dos personas. Las causas hay que buscarlas más bien en un conjunto de dispositivos sociales que provocan que las mujeres sufran constantemente una violencia que es estructural. Se trata de una forma de control que el patriarcado ejerce sobre todas las mujeres (Isabel Serra y Rebeca Moreno)

La violencia no tiene género. El género sí tiene violencia

Quien no quiere cambiar una realidad ventajosa utiliza una doble estrategia de efecto exponencial,por una parte la niega y por otra la difumina… y entre lo que borra y lo que emborrona permite que la vida continúe en la zona gris y sombría del desconocimiento, para así mantener sus privilegios.
Es la forma de no posicionarse frente a una realidad concreta con la apariencia de que se está en contra de ella… Imaginen las siguientes respuestas ante las preguntas que se hacen: ¿Qué le parece la guerra de Siria?… Todas las guerras son malas. ¿Qué le parece el problema del SIDA?… Todas las enfermedades son terribles. ¿Qué le parecen las muertes por accidente de tráfico?. Todas las muertes accidentales son tristes… Sería absurdo intentar ocultar una realidad concreta, con sus causas y sus características específicas, en una generalidad con la que comparte el resultado y el marco conceptual, pero que es completamente diferente en sus circunstancias, pues aparte de esconderla no se resolvería jamás…
Pues bien, ante la situación de la violencia de género, con más de 700 mujeres asesinadas por los hombres con quienes compartían su relación en los últimos diez años, y con 600.000 casos de maltrato al año, el posmachismo responde que “todas las violencias son malas”.  Algo obvio, y lo hacen porque lo que busca es que no se haga nada contra la violencia que sufren las mujeres, y no al contrario. Pretender presentar sus ataques a las medidas dirigidas a erradicar la violencia de género como una reivindicación para que se adopten medidas contra todas las demás violencias, al tiempo de insinuar que no las hay, es una falacia. Y lo es, primero, porque para hacer algo contra otras violencias no exige dejar de hacer contra la violencia que sufren las mujeres, y segundo, porque no proponen nada, sólo que se acabe con la Ley Integral.
Ahora bien, no todo puede beneficiarse de esta estrategia del “borrar y emborronar”. Está claro que si alguien intentara negar hoy, por ejemplo, los accidentes de tráfico, los problemas de la situación económica, el envejecimiento de la población… no lo iba a tener fácil, aunque lo intentara. La “estrategia de la negación y confusión” funciona con situaciones estructurales que han formado parte de la “normalidad” histórica de la sociedad, de aquello que se entendía propio de determinadas circunstancias habituales y promovidas desde la misma organización social, y además, funciona cuando a través de esa estrategia se defienden y reivindican determinados valores, no cuando se busca reordenar u organizar de otra manera determinadas cuestiones formales.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Todas las mujeres sufren los efectos de la violencia

En una u otra medida, todas las mujeres se ven implicadas en un modelo de relaciones sociales cargado de estereotipos que tratan de poner ‘a la mujer en su sitio’ cuando transgrede alguna de sus normas. La violencia ejercida de forma explícita contra algunas tiene ‘efectos colaterales’ contra todas las demás en aspectos cotidianos de sus vidas: miedo a salir solas  por la noche, a pasar por determinados sitios, a qué puede ocurrir si sus ropas son consideradas ‘provocativas’...
Por estas razones entre otras, la violencia masculina contra las mujeres tiene carácter estructural porque colabora a mantener ese orden social y  de ahí la pátina de naturalización ―y por tanto de tolerancia― que la envuelve y, también, la  necesidad de combatirla desde sus raíces.

“(...) Los actos o las amenazas de violencia, ya se trate de los actos que ocurren en el  hogar o en la comunidad o de los actos perpetrados o tolerados por el Estado, infunden  miedo e inseguridad en la vida de las mujeres e impiden lograr la igualdad, el desarrollo y la paz. El miedo a la violencia, incluido el hostigamiento, es un obstáculo constante para la movilidad de la mujer, que limita su acceso a actividades y recursos básicos. La violencia contra la mujer tiene costos sociales, sanitarios y económicos elevados para el individuo y la sociedad. La violencia contra la mujer es uno de los mecanismos sociales fundamentales mediante los que se coloca a la mujer en una posición de subordinación frente al hombre.
En muchos casos, la violencia contra las mujeres y las niñas ocurre en la familia o en el hogar, donde a menudo se tolera la violencia. El abandono, el abuso físico y sexual y la violación de las niñas y las mujeres por miembros de la familia y otros habitantes de la casa, así como los casos de abusos cometidos por el marido y otros familiares, no suelen denunciarse, por lo que son difíciles de detectar. Aún cuando se denuncien, a menudo sucede que no se protege a las víctimas ni se castiga a los agresores”(IV Conferencia Mundial sobre las Mujeres, 1995).

file:///C:/Users/t2003/Downloads/2012%20guia%20violenciaFEMP..pdf

domingo, 21 de septiembre de 2014

Como detectar la violencia de género y ayudar a sus victimas

Generalmente, las mujeres que sufren malos tratos son incapaces de ayudarse a sí mismas debido al deterioro psicológico que presentan como consecuencia de la violencia reiterada. Por eso la detección y la atención profesional representan un apoyo clave para romper con la violencia de género y facilitar la normalización de la vida de la mujer y de las personas que de ella dependen,su reincorporación a la vida social y su recuperación psicológica.

Por otra parte, los discursos de negación, legitimación, justificación o naturalización de la violencia de género que siguen vigentes en nuestra sociedad y en una parte de las y los profesionales que intervienen en el proceso, así como los mitos y estereotipos mediante los que se transmiten, provocan en las mujeres un estado de conflicto e inseguridad en la percepción e interpretación de la agresión que están sufriendo, que paraliza o anula su capacidad de reacción y la búsqueda de soluciones y dificulta la detección por parte de los servicios que deben intervenir.Todo ello puede ocasionar diversas reacciones por parte de la mujer que es víctima de malos tratos, tal como se esquematiza en el siguiente cuadro:

sábado, 20 de septiembre de 2014

Los hombres y la violencia de género hacia las mujeres

La violencia de género hacia las mujeres es una particular forma de violencia. Es aquella que ejercen los hombres hacia ellas por razones de género, por el hecho de ser mujeres, basados en prejuicios sexistas

La violencia de género hacia las mujeres es una particular forma de violencia. Es aquella que ejercen los hombres hacia ellas por razones de género, por el hecho de ser mujeres, basados en prejuicios sexistas. Celos, control, expectativas sobre el rol de la mujer, incapacidad de negociar, irrespeto por el deseo de la mujer, entre otras, son algunas de las razones aducidas como justificaciones para ejercer violencia.
En el caso chileno del estudio IMAGES, una investigación multipaís sobre masculinidades, encuestamos 1192 hombres de Santiago, Valparaíso y Concepción. Se trató de un muestreo por hogares, representativo de la población de hombres de 18 a 59 años de esas 3 ciudades.

La exclusión de las mujeres


Hay que tomar en cuenta que la exclusión de las mujeres en la historia, los guillotinazos, las omisiones, las expulsiones no eran una cuestión, como a veces uno suele pensar, de lenguaje, “se habla de los derechos del hombre, pero el hombre comprende también a la mujer”. No, era una cuestión absolutamente fundamentada, una convicción filosófica, cultural y política de que las mujeres no debían participar en política. 

Hay algunos ejemplos de la época, que me permito citar textualmente, porque vistos desde hoy día, la verdad es que comienzan a producir bastante indignación.
Juan Jacobo Rousseau, filósofo, político y autor del famoso libro El Contrato Social, libro clásico también para poder entender el estado y las relaciones estado-sociedad y la democracia. Dice: “Toda la educación de las mujeres debe ser relativa a los hombres, la mujer está hecha para acceder al hombre y soportar sus injusticias”. Rousseau era bastante conservador en todos los aspectos de la vida, así que no resulta extraño lo que decía.

Pero el tema es que no sólo Rousseau pensaba así, tenemos también a Honorato de Balzac, un escritor francés de la época que dice: “El destino de la mujer y su única gloria es hacer latir el corazón de los hombres. La mujer es una propiedad que se adquiere por contrato, un bien inmueble porque la posesión vale un título, en fin hablando propiamente, la mujer no es más que un anexo al hombre”. Esto está en Fisiología del matrimonio de Balzac.

Tenemos también a Proudhon, filósofo francés. Ya no estamos hablando de sectores conservadores, estamos hablando de quien fue el padre del Mutualismo. Progresista, de ideas socialistas, dice respecto de la mujer: “La mujer debe permanecer bajo la dependencia del hombre, el único que cuenta es el individuo social”. La pareja para él no es una asociación, lo que supondría igualdad en la relación, sino una unión donde la mujer es inferior al hombre y lo dice explícitamente.

Con esa convicción filosófica, política, cultural es con la cual nosotros nos encontramos, porque estos son clásicos que sembraron camino, están presente en la historia de las ideas, en las concepciones de democracia, en las concepciones sociales que aún en muchos sectores de nuestra sociedad están muy vigentes. Es por eso que me permito traerlos a colación, porque claro, si uno continuara, no terminamos nunca de citar. Pero lo que hay que reconocer es que hoy día ningún destacado filósofo o político se atrevería a decir cosas de esta naturaleza. Esto ha sido todo producto de la lucha de las mujeres.
Natacha Molina
http://www.diba.cat/urbal12/Pdfs/Natacha%20Molina.PDF

sábado, 28 de junio de 2014

Desprotegidas: sólo prosperan el 60% de las órdenes de alejamiento por violencia machista


"Tuve que sentarme a su lado. Sólo nos separaba un biombo. Yo no paraba de temblar". Ana recuerda con angustia el día en el que tuvo que enfrentarse en un juicio a su agresor, que es también su exmarido. No le permitieron declarar en una sala separada y tampoco a su hijo menor de edad, que, finalmente, por el pánico que le produce ver a su padre, no acudió a la vista.
Después de más de un año de espera y terror, Ana vio cómo su expareja era absuelta. Según el juez, no había suficientes pruebas contra él. Desde ese mismo día se le retiró la orden de protección que impedía que se acercara a ella, a sus hijos, a sus colegios y a su propio centro de trabajo.

El "ciclo de la violencia" en los casos de #violenciamachista


El ciclo de violencia” es un modelo muy conocido que nos ayuda a entender y explicar la situación de malos tratos que viven muchas mujeres en nuestra sociedad, tiene sus limitaciones, como por ejemplo, no siempre se dan las tres fases sino que se producen saltos, en algunos casos, no se manifiesta la luna de miel.

El movimiento cíclico de la violencia se transforma en una espiral descendente en la cual la mujer queda atrapada haciendo difícil que acabe con la relación de pareja. Cada vez que se repite el maltrato, aumenta la intensidad. La víctima sufre una desprogramación de su sistema cognitivo desvirtualizando la realidad en la que vive.

sábado, 17 de mayo de 2014

Diferencias entre equidad e igualdad



   Antes de poder hablar de Equidad o de Igualdad parece inevitable hacer una precisión terminológica que puede parecer baladí, pero que para quienes hablamos de género desde una y otra orillas del Atlántico, aporta ricos matices en la comprensión de los datos que se conocerán. En España y los países de la Unión Europea los indicadores, las leyes, la evaluación,  la formación y la producción académica hablan casi exclusivamente de Igualdad, en América latina de Equidad.

¿Cuáles son las diferencias entre esos términos (equidad e igualdad)?

   En teoría, Equidad Igualdad son dos principios estrechamente relacionados, pero distintos. La Equidad introduce un principio ético o de justicia en la Igualdad. La equidad nos obliga a plantearnos los objetivos que debemos conseguir para avanzar hacia una sociedad más justa. Una sociedad que aplique la igualdad de manera absoluta será una sociedad injusta, ya que no tiene en cuenta las diferencias existentes entre personas y grupos. Y, al mismo tiempo, una sociedad donde las personas no se reconocen como iguales, tampoco podrá ser justa. En palabras de la extraordinaria Amelia Valcárcel «la igualdad es ética y la equidad es política».[i]

   La igualdad de género es un principio jurídico universal, reconocido en diversos textos internacionales sobre derechos humanos, como la “Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer” (Asamblea General de las Naciones Unidas, 1979, ratificada por España en 1983) o “Conferencias mundiales” monográficas (Nairobi 1985; Beijing 1995), además de un principio fundamental del Derecho Comunitario en la Unión Europea y un principio constitucional. 

   El concepto de Igualdad tiene legalmente dos vertientes protegidas por igual: la igualdad formal (o ante la ley) y la igualdad real (que contempla tratar de forma desigual a quienes son desiguales). Siempre que hablemos en este Módulo de Igualdad en el contexto español me referiré por tanto a lo que en Latinoamérica se llama Equidad y en no a un concepto igualitarista, es decir, que hay que ser tratados siempre del mismo modo sin tener en cuenta el punto de partida diferenciado de mujeres y hombres.

¿Por qué la violencia contra los hombres no es violencia de género?

Aunque las violaciones de los derechos humanos afectan tanto a hombres como a mujeres, su impacto varía de acuerdo con el sexo de la víctima. El 70% de las mujeres que mueren de forma violenta en el mundo mueran a manos de hombres. Muchas de ellas sus parejas, ex parejas u hombres de su círculo familiar. El 38% directamente a mano de sus compañeros de vida. El número de muertes de hombres a manos de mujeres con esos vínculos no llega al 4%.

 Los estudios sobre la materia permiten afirmar que toda agresión perpetrada contra una mujer tiene alguna característica que permite identificarla como violencia de género. Esto significa que está directamente vinculada a la desigual distribución del poder y a las relaciones asimétricas que se establecen entre varones y mujeres en nuestra sociedad, que perpetúan la desvalorización de lo femenino y su subordinación a lo masculino.