viernes, 31 de mayo de 2013

Los medios deben de hablar de "Los síntomas de la violencia"


Los "síntomas de la violencia" que aparecen antes del crimen: No sólo hay que hablar de la violencia física y del asesinato. Hay que poner atención en la violencia psicológica, en cómo el hombre va limando la autoestima de las mujeres, hay que hablar del proceso previo a la agresión.
En España hay hombres pensando en matar a sus mujeres. Los medios tienen que informar sobre esa realidad social. Con la epidemia de gripe A o las vacas locas, no sólo se contaban los casos de muerte. Los medios de comunicación hablaban de las causas, de las consecuencias, analizaron todos los factores. Lo mismo se debería hacer con la violencia de género. A pesar de todo, es de recibo reconocer que gracias a los medios de comunicación, la violencia de género dejó de ser "un problema exclusivo de la pareja que se soluciona en casa". Sin embargo, se ha avanzado poco y aún hay que trabajar mucho para que la sociedad entienda que el machismo es una construcción social que nos afecta a todos y que precisamente la sociedad es la única que puede acabar con él.

016: Teléfono de atención a las víctimas de malos tratos. La llamada es gratuita y no deja rastro en la factura telefónica. 
Myriam Noblejas - Público.es

¿Violencia machista en una generación que ha crecido en el siglo XXI?

 - El País.com

La violencia machista no es solo un problema de parejas casadas, como creen muchos adolescentes, que siguen perpetuando estos comportamientos con relaciones enfermizas. Tras años de avances en igualdad, los expertos alertan de que falla la educación y de que sigue dominando una visión romántica del amor en la que las chicas lo aguantan todo, seducidas por una figura dominante y protectora. Según los sociólogos, los adolescentes se saben la teoría y racionalmente rechazan la violencia, pero alertan de que el nivel de machismo es demasiado elevado para una generación que ha crecido en el siglo XXI.

Los centros de atención a malos tratos coinciden en que cada vez son más jóvenes las chicas que acuden a pedir ayuda. Las causas judiciales por este motivo aumentan entre los más jóvenes, según la Fiscalía de Menores. Aunque la mayoría de las víctimas adolescentes tienen entre 15 y 17 años, los puntos especializados llegan a recibir a niñas de 12 y 13. “En estas edades estamos luchando contra el amor, no contra el maltratador”, anuncia Natividad Hernández Claverie, psicóloga responsable de los grupos más jóvenes de la Comisión para la Investigación de Malos tratos a mujeres, una ONG que da apoyo a víctimas de violencia machista desde los años setenta. Hernández Claverie explica que en las terapias con las jóvenes se profundiza primero en sus sentimientos hacia estas situaciones; y luego en el qué significa el comportamiento machista. “Llaman confusas, tristes pero sin saber lo que les pasa”, apunta Diana Díaz, subdirectora de Teléfono de la Fundación Anar, que atiende por esta vía a menores en situación de riesgo y que detecta la violencia contra adolescentes como un problema emergente.

Soledad Cazorla, fiscal de sala delegada contra la Violencia de Género, se muestra “perpleja” ante el fenómeno: “Me produce sorpresa que roles que entendíamos que eran del pasado se puedan repetir en gente muy joven que suponíamos que había asumido su dignidad”. El 25% de las mujeres atendidas en el Centro Municipal para la Igualdad 8 de marzo de Fuenlabrada (Madrid) eran menores de 25 años, frente al 23% del año anterior. Hace tres años que las llamadas a Anar por violencia machista aumentan de forma sostenida: en 2012 registraron un 15% más que en el año anterior. En Andalucía se presentaron 78 denuncias por violencia de género contra menores de edad a lo largo de 2012; una cifra que, según el Instituto Andaluz de la Mujer, supera a las de periodos anteriores. Y cada año la media de edad es inferior al anterior.

Reforma de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva, un retroceso de más de 30 años

 -  El País.com

En España, las mujeres pueden abortar sin dar explicaciones, hasta la semana 14 de gestación. Tras esto, se necesita un dictamen médico y cumplir ciertos requisitos —riesgo para la salud, hasta la semana 22, y anomalías fetales graves o incompatibles con la vida, sin plazo—. Pero cuando aún no ha cumplido tres años desde su estreno, el derecho a la maternidad libremente decidida, que consagra la Ley de Salud Sexual y Reproductiva, pende de un hilo. El ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, ha anunciado que la reformará para sustituir ese plazo libre por un sistema de supuestos como el que rigió hasta 2010.

El cambio, alertan los expertos, no solo supondría un retroceso de más de 25 años. También aleja a España de la esfera de la UE, donde predominan leyes de plazos. Así es en Francia (hasta la semana 12 de gestación), Holanda (26) o Italia (10). Solo cuatro países tienen un modelo de supuestos como el deseado por Gallardón: la restrictiva Polonia, Chipre, Reino Unido y Finlandia. Aunque en los tres últimos se amparan las razones socioeconómicas, bajo las que subyacen, en realidad, la libertad de la mujer.

La nueva regulación colocaría a España al nivel de Malta, que prohíbe el aborto, o Irlanda que lo restringe tanto que es inalcanzable. Estos son, además, los dos únicos países de la UE que no permiten la interrupción del embarazo por anomalías fetales. Un supuesto que el titular de Justicia ya ha insistido en que eliminará.

Ese cambio dejaría sin cobertura, alerta la experta en Diagnóstico Prenatal Pilar Martínez Ten, a los 3.000 gravísimos casos que se detectan cada año. Quienes estén en esta situación por el dictamen de patologías como anencefalia o agenesia de cuerpo calloso, de pronóstico fatal, por ejemplo, se verán obligadas a salir del país para abortar. “La restricción también impedirá que se haga la necropsia para ver si la enfermedad se repetirá con otros hijos”, dice Martínez Ten.


Los expertos no dudan de que una ley más restrictiva no frenará los más de 110.000 abortos que se realizan cada año en España, pero sí provocará que las mujeres sin medios para viajar a países más permisivos con la intervención —antaño iban a Londres— recurran a métodos inseguros. En el siglo XXI, apunta la ginecóloga Isabel Serrano, presidenta de la Plataforma por los Derechos Reproductivos, el aborto clandestino ya no es en casa y con una abortera. “Se recurrirá a fármacos que no están indicados para ello, lo que causará a las mujeres graves problemas de salud”, dice.




jueves, 30 de mayo de 2013

Lo que nos espera con ‘la reforma Gallardón’

C.Guzmán - El Plural.com


El caso de la salvadoreña B.C., a quien la Corte Suprema de Justicia de El Salvador ha negado su solicitud para abortar en una situación extrema para su salud, que podría costarle la vida, y una malformación terrible del feto, pone a España ante un escenario que puede estar próximo, si el Gobierno de Rajoy materializa la reforma de la Ley del Aborto que pudiera llegar a incluir, según anunció el ministro de Justicia hace un año, la eliminación del supuesto por malformación del feto.

Espera un feto sin cerebro

La joven salvadoreña, de 22 años, solicitó el 11 de abril pasado a la Sala de lo Constitucional de su país interrumpir su embarazo porque padece lupus y una enfermedad renal, y pone en riesgo su vida si sigue adelante con el embarazo. Se da la circunstancia de que el feto es anencefálico, es decir, no tiene cerebro. En El Salvador el aborto está penalizado en todas sus formas desde 1998.

El derecho de la mujer

La sentencia de la Justicia salvadoreña, adelantada por la SER, considera que “los derechos de la madre no pueden privilegiarse sobre los del nasciturus” (el que ha de nacer) ni viceversa. Además, expresa que “existe un impedimento absoluto para autorizar la práctica de un aborto por contrariar la protección constitucional que se otorga a la persona humana ‘desde el momento de la concepción”.

España, frente a un escenario próximo

La extrema situación de esta joven salvadoreña pone a España frente a un escenario en el que puede verse en un futuro cercano, si el Gobierno lleva adelante su reforma de la Ley del Aborto que pretende retirar a la mujer el derecho a decidir y que pudiera incluir, según anunció hace un año el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, la eliminación del supuesto de aborto por malformación del feto.

El PP no aclara su reforma

Tras la polémica suscitada por la reforma, que haría retroceder a España en esta materia a la década de los 80, el PP ha optado a veces por el silencio, cuando los preguntados son los máximos cargos del partido y el Gobierno, es decir, Rajoy, Cospedal y Sáenz de Santamaría, o por intentar trasmitir que hay polémica en las filas del partido sobre esta materia, e, incluso, por desautorizar a Gallardón dejándolo solo en temas espinosos como el supuesto de malformación en el feto.

El 6 de mayo, el portavoz adjunto del Grupo Popular en el Congreso Rafael Hernando afirmó, en una entrevista en Europa Press, que este aspecto es sólo “una reflexión personal” del ministro y que no tiene sentido volver a temas que ya “estaban razonablemente solventadas” con normativas anteriores.

El portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, también se encargó de dejar claro a los medios que hay diversas voces en el partido sobre el asunto del aborto, y la vicepresidenta primera del Congreso, Celia Villalobos, llegó a escenificar esa polémica al no votar junto a su Grupo contra una moción socialista que pretendía parar la reforma impulsada por Gallardón.


La titular de Igualdad, Ana Mato, en un arrebato benéfico más propio de otros tiempos que del siglo XXI, afirmó que colaborará en la reforma de Gallardón con un plan de apoyo a la maternidad que evite las interrupciones del embarazo y proteja a las madres que den al bebé en adopción. “El plan de maternidad está dirigido especialmente a las jóvenes adolescentes que sean madres y también a las madres que están en situaciones más complicadas. También estamos incorporando mejoras en los procesos de adopción y acogida para proteger a las madres que decidan dar a su niño en adopción así como para dar más garantías a los menores “, dijo la ministra.

#Quienessonlasmujeresqueabortan


Machismo al revés

Irantzu Varela 

No, el feminismo no es lo mismo que el machismo, pero al revés.

Porque el machismo es la forma de pensar que opina que las mujeres estamos subordinadas porque es lo que nos merecemos, la posición en la que nos corresponde estar, dada nuestra naturaleza inferior, secundaria, complementaria.

Y el feminismo es la idea radical de que las mujeres somos gente. Es la forma de pensar que opina que todas las personas debemos tener los mismos derechos y las mismas oportunidades.

Si el feminismo fuera como el machismo, pero al revés, pretendería que los hombres vivieran sometidos a las mujeres, que trabajaran sesenta días más al año para cobrar lo mismo, que cuidaran gratis, pensando que es su obligación y por amor, a todas las personas de su entorno; que asumieran como propia la única responsabilidad de los trabajos domésticos, que se sometieran a unos roles de belleza imposibles impuestos para nuestro capricho, que se dedicaran a satisfacer los deseos de las mujeres en la cama, en la cocina, en la calle.

Si el feminismo fuera como el machismo, pero al revés, buscaría excusas biologicistas para explicar la discriminación, utilizaría a los hombres como adorno y hablaría como si la mitad de las personas no existieran. Trataría de construir un sistema de desigualdad, orientado a mantener sometida a la mitad de la población del mundo, para que fueran sus sirvientes, sus cocineros, sus enfermeros, sus mancebos, sus distracciones…

Si el feminismo fuera como el machismo, pero al revés, pretendería que las mujeres tuviéramos privilegios a costa de la libertad de los hombres, que mandáramos por encima de ellos en la política, en la economía, en la cultura, en los medios de comunicación, en la calle. Habría mujeres que pegarían a sus parejas, mujeres que matarían a sus maridos, mujeres que violarían a hombres, mujeres que torturarían hombres, y mujeres que harían chistes sobre ello, que cuestionarían a los hombres que lo denunciaran, que se burlarían de los hombres que lucharan para combatirlo.

El feminismo se diferencia del machismo en que es una forma de pensar, de luchar y de vivir, que pretende que construyamos entre todas y todos una sociedad en que ninguna persona tenga menos oportunidades ni menos derechos por ser una mujer, en que nadie tenga represalias ni miedo por su opción sexual, en que todas las personas sean dueñas de su cuerpo y de su sexualidad, y que nadie pretenda secuestrar su capacidad para decidir sobre ningún aspecto de su vida.

El feminismo se diferencia del machismo en que el primero es una ideología de la libertad, de la igualdad, y el otro es una ideología de la esclavitud y de la subordinación.

El feminismo es lo opuesto al machismo. Que no es lo mismo, pero al revés.


Irantzu Varela es periodista, feminista, experta en género y comunicación, y (de)formadora en talleres sobre igualdad en Faktoría Lila.