jueves, 30 de mayo de 2013

Machismo al revés

Irantzu Varela 

No, el feminismo no es lo mismo que el machismo, pero al revés.

Porque el machismo es la forma de pensar que opina que las mujeres estamos subordinadas porque es lo que nos merecemos, la posición en la que nos corresponde estar, dada nuestra naturaleza inferior, secundaria, complementaria.

Y el feminismo es la idea radical de que las mujeres somos gente. Es la forma de pensar que opina que todas las personas debemos tener los mismos derechos y las mismas oportunidades.

Si el feminismo fuera como el machismo, pero al revés, pretendería que los hombres vivieran sometidos a las mujeres, que trabajaran sesenta días más al año para cobrar lo mismo, que cuidaran gratis, pensando que es su obligación y por amor, a todas las personas de su entorno; que asumieran como propia la única responsabilidad de los trabajos domésticos, que se sometieran a unos roles de belleza imposibles impuestos para nuestro capricho, que se dedicaran a satisfacer los deseos de las mujeres en la cama, en la cocina, en la calle.

Si el feminismo fuera como el machismo, pero al revés, buscaría excusas biologicistas para explicar la discriminación, utilizaría a los hombres como adorno y hablaría como si la mitad de las personas no existieran. Trataría de construir un sistema de desigualdad, orientado a mantener sometida a la mitad de la población del mundo, para que fueran sus sirvientes, sus cocineros, sus enfermeros, sus mancebos, sus distracciones…

Si el feminismo fuera como el machismo, pero al revés, pretendería que las mujeres tuviéramos privilegios a costa de la libertad de los hombres, que mandáramos por encima de ellos en la política, en la economía, en la cultura, en los medios de comunicación, en la calle. Habría mujeres que pegarían a sus parejas, mujeres que matarían a sus maridos, mujeres que violarían a hombres, mujeres que torturarían hombres, y mujeres que harían chistes sobre ello, que cuestionarían a los hombres que lo denunciaran, que se burlarían de los hombres que lucharan para combatirlo.

El feminismo se diferencia del machismo en que es una forma de pensar, de luchar y de vivir, que pretende que construyamos entre todas y todos una sociedad en que ninguna persona tenga menos oportunidades ni menos derechos por ser una mujer, en que nadie tenga represalias ni miedo por su opción sexual, en que todas las personas sean dueñas de su cuerpo y de su sexualidad, y que nadie pretenda secuestrar su capacidad para decidir sobre ningún aspecto de su vida.

El feminismo se diferencia del machismo en que el primero es una ideología de la libertad, de la igualdad, y el otro es una ideología de la esclavitud y de la subordinación.

El feminismo es lo opuesto al machismo. Que no es lo mismo, pero al revés.


Irantzu Varela es periodista, feminista, experta en género y comunicación, y (de)formadora en talleres sobre igualdad en Faktoría Lila.

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