Estos son los hechos: Un padre asesina a su hijo de pocos meses y hiere de gravedad a su otro hijo de cinco años. Su mujer se había separado de él. Según la policía había dejado escrita una carta anunciando su suicidio. ¡Se arrepintió! También en esa carta, y siempre según la policía, el asesino afirmaba que los mataba para evitarles el dolor. Por último, y también según la policía, presentaba síntomas de embriaguez. ¡Horrendo crimen machista!
Vayamos por parte. Afirma el filósofo Seneca: la embriaguez no crea los vicios; no hace más que ponerlos en evidencia. ¡Ya estamos buscando excusas, típico recurso de quienes no entienden nada acerca de la violencia de género, o tratan de explicar crimen horrendo y recurren a uno de los estereotipos con lo que los machistas tratan de lavarse las manos!
¿Se acuerdan de Breton, de asesino de sus dos hijos para de ese modo causar todo el dolor posible a la mujer que se había separado? Pues… ¡eso mismo! ¿Cómo puedo causar un dolor perenne a esa mujer que ha querido ser libre y digna y me ha dicho adiós? Pues… ¡asesino a sus hijos y jamás lo olvidara; no los vas a ver nunca mas! Pero son sus hijos… Permítanme un comentario: para un machista –para muchos machistas- los hijos vienen a ser “una pieza de caza”: son “suyos y nada más que suyos; y como son “suyos”, hace con ellos lo que le viene en gana, y casi siempre para hacer daño a su mujer.
¡Y esto va a ser así, malamente, mientras los ciudadanos, sintiéndonos responsables, no demos un golpe sobre la mesa y exijamos más medios para luchar contra la violencia de género, más especialización en los agentes sociales, más incisivas campañas de sensibilización! No me conforme con unas velas encendidas o con una manifestación silenciosa: ¡pido un golpe de timón, un grito ensordecedor para despertar la conciencia de todos!
¡Otro crimen machista!. Otro crimen de violencia de género: el hombre quería hacer daño a la mujer, tal cual nuevo “Breton”. Los hijos, víctimas directas de la viol…encia de género.
Escribió una carta anunciando el suicidio, pero fue un cobarde y se arrepintió. ¡No quería que sus hijos sufrieran dolor ante la separación. Típico machismo: los hijos son míos, separados de mi sufrirán. ¡Cobarde, machista, asesino!
Y que nadie olvide la sentencia de Seneca la embriaguez no crea los vicios; no hace más que ponerlos en evidencia.
¡No más lágrimas; más golpes en la mesa para atajar la violencia de género!
Jose-Antonio Burriel
http://nomasvg.com/opinion/un-brutal-crimen-machista/
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