“El derecho a elegir es solamente uno de los aspectos del tema mucho más amplio de los derechos reproductivos, es decir, el derecho de la mujer a controlar su cuerpo y su vida reproductiva.”
Sharon Smith, escritora americana y activista.
Parecía que el tema del aborto era un punto ya superado en España, desde que el 5 de julio de 1985 se aprobase la primera ley del aborto, una ley de supuestos, no de plazos. Esta ley no satisfizo las demandas de las mujeres, ya que se pedía una ley de plazos. La ley de supuestos en España dejaba tan solo tres caminos abiertos: riesgo grave para la salud física o psíquica de la mujer embarazada (supuesto terapéutico), violación (supuesto criminológico) y malformaciones o taras, físicas o psíquicas, en el feto (supuesto eugenésico).
La bola de nieve del PP contra el aborto ha ido creciendo hasta llegar a las declaraciones en el congreso de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, quien dijo “que el aborto no es un derecho de todos los españoles”, a lo que nosotras contestamos que es cierto que no es un derecho de todos los españoles porque raro es que los 47 millones de españoles tuvieran la necesidad de abortar. Este derecho es exclusivo de las españolas. Según todas las estrafalarias declaraciones de los populares, parece ser que el aborto es una situación buscada, no obstante, el aborto es un suceso imprevisto en la vida de una mujer, y ésta se encuentra en la disyuntiva de interrumpir o continuar con su embarazo.
La voz de la iglesia que también se ha levantado en contra del aborto, no creemos que se deba de tener en cuenta porque en teoría solo aquellas personas que sean cristianas practicantes se verán afectadas por lo que esta institución dictamine. El resto de la población deberá seguir sus propios criterios.
Lo que nosotras creemos es que la ley del aborto que había en la última legislatura del PSOE con Zapatero es la correcta, porque es una ley de plazos y no de supuestos. Todo el mundo puso el grito en el cielo porque se permitía abortar a menores de 16 años sin el consentimiento de sus padres. Vivimos en una sociedad hipócrita que no consiente este hecho, pero por ley una menor de 13 años puede tener relaciones sexuales con un adulto que si se queda embarazada no puede decir si continúa o no con el embarazo. Otros lo harán por ella, mientras que ese consentimiento para meterse en la cama con alguien no lo necesita. Desde que se aprobase la ley del aborto en los años 80 ningún gobierno ha tocado la ley aborto hasta que Zapatero la mejorase con la ley de plazos. Sin embargo, el partido PP ha incumplido, una vez más, su programa electoral en el cual decía que no iba a modificar la ley del aborto. Luego, parece ser que el señor Gallardón ha iniciado una cruzada personal para reducir todos los derechos de las mujeres españolas conseguidos hasta ahora. Al atacar el derecho al aborto está recortando derechos tan básicos de la mujer como el de decidir sobre su propio cuerpo.
España, ahora, está tomando ejemplo del entorno europeo, ya que copia las mismas medidas económicas u otras, porqué no siguen su ley del aborto y el acceso que dan a la población sobre los anticonceptivos, en muchos casos gratuitos. No hablar del problema no lo elimina, simplemente, lo convierte en un tabú. La sexualidad es algo inherente al ser humano.
Por lo tanto, nosotras creemos que la ley del aborto de plazos no debería tocarse en ningún momento porque es la ley que garantiza que una mujer pueda tomar una decisión sobre la interrupción o continuación de su embarazo más libremente. Dejemos atrás la hipocresía y contemplemos las realidades de cara.
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