lunes, 18 de noviembre de 2013

Cómo detectar el maltrato psicológico

El maltrato psicológico es una conducta de agresión verbal, degradación y desprecio, que se realiza de forma continua y reiterada. Generalmente, este tipo de maltrato, se da más en mujeres que en hombres, y se puede encontrar en todos los aspectos de la vida, en el trabajo, en la propia casa e incluso en el centro de estudios. A diferencia del maltrato físico, éste tipo de maltrato no deja huellas visibles en el cuerpo, sino que afecta de forma diferente, la salud mental de la persona.  A continuación te presentaremos, cómo detectar el maltrato psicológico.

Instrucciones
Insultos y gritos. La persona que realiza el maltrato psicológico suele tratar a la victima de manera despectiva, suele menospreciar sus capacidades, y ridiculizarla. Lo más grave de esta situación, es que generalmente, la victima llega al punto de convencerse de que esto es verdad y asume la culpa de la situación.
Celos excesivos. La víctima es considerada como un objeto de su posesión, la cual controla y domina. Incluso, puede llegar al punto de decidir cómo se debe vestir y arreglar para cada ocasión.
Aislamiento. Quien ejerce el maltrato psicológico, suele limitar el tiempo de contacto de la víctima con sus familiares y amigos. Suele realizar comentarios despectivos acerca de los vínculos que tiene e incluso llega al punto de insultar a sus seres queridos.
Amenazas. Continuamente el maltratador amenaza con abandonarla e incluso con llegar a la violencia física. Muchas veces, ejerce violencia contra objetos que se encuentran a su alcance para intimidarla.
Persecución. Es común, que la persona que maltrata psicológicamente espié y controle todos los movimientos que hace la persona maltratada. Puede llegar al punto de seguirla, revisar su correo, su teléfono móvil, entre otras cosas.
Presión emocional y sexual. El maltratador suele generar sentimientos de culpa a la persona para lograr sus objetivos. Es así, que la presiona cede para a tener relaciones sexuales, a su pesar, por miedo a las consecuencias.
Restricciones económicas y laborales. El maltratador suele controlar la economía del hogar, evitando así cualquier tipo de independencia de la víctima. Al mismo tiempo, desvaloriza continuamente las capacidades laborales de la victima presionándola para que no logre avances profesionales.

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