El hijo de la mujer fallecida pide más prevención y no
endurecer las penas.
"No defiendo barbaridades sobre endurecimientos y mi madre
tampoco lo habría hecho", dice José Manuel Luque Gálvez, el hijo mayor de
la mujer fallecida el pasado martes por la noche en la barriada de Ciudad
Jardín presuntamente a manos de su ex pareja, solicitó ayer "prevenir y
educar" para poner freno a los casos de violencia de género. "Hago un
llamamiento a fin de que no se aproveche el dolor por las víctimas para exigir
el cumplimiento íntegro de las penas", afirmó a este periódico. Y es que,
a su juicio, el problema no estriba "en las condenas", sino en
trabajar en la "formación y rehabilitación". "Lo digo a pesar de
lo que le ha ocurrido a mi madre. España es el país de la Unión Europea con el
sistema penitenciario más duro. No tiene sentido seguir insistiendo en esa
dirección", aseveró.
Jose Manuel recalcó que lo realmente importante es conocer
que a este tipo de situaciones se llega "por la cultura machista"
que, en su opinión, existe. "Los hombres creen que las mujeres son suyas y
que pueden hacer con ellas lo que quieran. Eso no se arregla incrementando las
penas. No defiendo barbaridades sobre endurecimientos y mi madre tampoco lo
habría hecho", apostilló.
Los derechos humanos eran, precisamente, el caballo de
batalla de Rosario Gálvez, conocida por sus más allegados como Charo.
"Desde jovencita, fue una persona luchadora por la libertad y la igualdad
de las personas. Siempre resultó abierta", subrayó José Manuel, quien
también indicó que su progenitora era "muy querida y conocida".
La mujer nació en Alcaucín hace 66 años y se casó con 17 con
su anterior pareja. Cuando el mayor de sus tres hijos tenía 3 años decidieron
salir del pueblo para ganarse la vida. "Era época de inmigración. Ella
venía del campo pero siempre trabajaba, además de cuidar de mí y de mis
hermanos Charo y Salomón", explicó José Manuel. En el año 1979, la familia
se afincó en Málaga, donde Charo vivía hasta que a comienzos de esta semana le
arrebataron la vida.
Ni él ni su familia imaginaban que Rosario Gálvez tendría un
final tan dramático. "Estábamos tranquilos. De este hombre se divorció en
diciembre del año pasado. Ninguna separación es fácil, pero nunca hubo
denuncias ni violencia física. Ella no lo habría permitido. No había
precedentes que hicieran evidente el tema", señaló el hijo mayor, que
recuerda que su madre "siempre salió a la calle" para denunciar la
violencia de género y que lo hacía de la forma "más humana".
Asimismo, se mostró convencido de que la mujer "no ha muerto por
machismo" ya que, matizó, su hermana, defensora del feminismo, "sigue
viva", sino por ser "buena persona". "Tenía defectos, pero
esto ha ocurrido fruto de sus virtudes.
CELINA
CLAVIJO-MÁLAGAHOY.ES
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