domingo, 10 de noviembre de 2013

El machismo ha intentado matar a mi madre y no ha podido porque sigue viva en su hija...

El hijo de la mujer fallecida pide más prevención y no endurecer las penas.

"No defiendo barbaridades sobre endurecimientos y mi madre tampoco lo habría hecho", dice José Manuel Luque Gálvez, el hijo mayor de la mujer fallecida el pasado martes por la noche en la barriada de Ciudad Jardín presuntamente a manos de su ex pareja, solicitó ayer "prevenir y educar" para poner freno a los casos de violencia de género. "Hago un llamamiento a fin de que no se aproveche el dolor por las víctimas para exigir el cumplimiento íntegro de las penas", afirmó a este periódico. Y es que, a su juicio, el problema no estriba "en las condenas", sino en trabajar en la "formación y rehabilitación". "Lo digo a pesar de lo que le ha ocurrido a mi madre. España es el país de la Unión Europea con el sistema penitenciario más duro. No tiene sentido seguir insistiendo en esa dirección", aseveró.

Jose Manuel recalcó que lo realmente importante es conocer que a este tipo de situaciones se llega "por la cultura machista" que, en su opinión, existe. "Los hombres creen que las mujeres son suyas y que pueden hacer con ellas lo que quieran. Eso no se arregla incrementando las penas. No defiendo barbaridades sobre endurecimientos y mi madre tampoco lo habría hecho", apostilló.

Los derechos humanos eran, precisamente, el caballo de batalla de Rosario Gálvez, conocida por sus más allegados como Charo. "Desde jovencita, fue una persona luchadora por la libertad y la igualdad de las personas. Siempre resultó abierta", subrayó José Manuel, quien también indicó que su progenitora era "muy querida y conocida".

La mujer nació en Alcaucín hace 66 años y se casó con 17 con su anterior pareja. Cuando el mayor de sus tres hijos tenía 3 años decidieron salir del pueblo para ganarse la vida. "Era época de inmigración. Ella venía del campo pero siempre trabajaba, además de cuidar de mí y de mis hermanos Charo y Salomón", explicó José Manuel. En el año 1979, la familia se afincó en Málaga, donde Charo vivía hasta que a comienzos de esta semana le arrebataron la vida.

Ni él ni su familia imaginaban que Rosario Gálvez tendría un final tan dramático. "Estábamos tranquilos. De este hombre se divorció en diciembre del año pasado. Ninguna separación es fácil, pero nunca hubo denuncias ni violencia física. Ella no lo habría permitido. No había precedentes que hicieran evidente el tema", señaló el hijo mayor, que recuerda que su madre "siempre salió a la calle" para denunciar la violencia de género y que lo hacía de la forma "más humana". Asimismo, se mostró convencido de que la mujer "no ha muerto por machismo" ya que, matizó, su hermana, defensora del feminismo, "sigue viva", sino por ser "buena persona". "Tenía defectos, pero esto ha ocurrido fruto de sus virtudes.


CELINA CLAVIJO-MÁLAGAHOY.ES

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