"Quiero ser mujer, quiero ser madre y quiero ser libre". Esos son los tres deseos de Gloria Vázquez, coruñesa de 40 años, madre de tres niños que no están con ella y una de las miles de víctimas de la violencia machista. Pero la presidenta de la asociaciónVe-laluz ("ver la luz", en gallego) no quiere hablar de sí misma. En huelga de hambre desde el lunes junto a otras nueve compañeras, la activista quiere protestar por todas las mujeres y niños que viven con los violentos o siguen acosados por ellos. "De aquí no salimos si no es en ambulancia o con garantías de que se va a proteger, sobre todo, a los menores", sentencia desde el local donde se lleva a cabo la protesta, situado al lado de la Audiencia Provincial de A Coruña.
¿Cuáles son, exactamente, sus reclamaciones?
Pedimos una protección real para las mujeres que han sufrido maltrato y, sobre todo, para sus hijos. Porque no tiene ningún sentido que haya víctimas con órdenes de alejamiento que tengan que entregar a sus hijos menores a sus maltratadores con sentencia firme. Se les obliga a darle al maltratador su mayor arma contra ellas: sus hijos. Porque te aseguro que los maltratadores no empatizan con ellos, pero el sistema es incapaz de diferenciar el término progenitor del de padre. La mediación está prohibida en casos de violencia machista, pero en la práctica se lleva a cabo en los Puntos de Encuentro Familiar que nacieron pensados para casos de rupturas por unos cuernos, no para obligar a los niños a irse con sus progenitores, que, muchas veces, son asesinos. ¿Y luego hablamos de Educación? Si esto no se acata, dado que el patrón se reproduce, el día de mañana seguiremos teniendo violentos.
"No se puede obligar a los niños a irse con sus progenitores que, muchas veces, son asesinos"
El Gobierno ha anunciado que Igualdad, el departamento de Ana Mato, reconocerá a los hijos de las mujeres maltratadas como víctimas de violencia de género. ¿Es un avance?
Eso es una auténtica parodia, la parodia nacional. Nadie tiene intención de acabar con la violencia. No hay intención ni de recuperar a las víctimas ni de proteger a los menores. Hay que dar oportunidades al niño y a la mujer de tener una vida nueva pero, en lugar de eso, se somete a los menores a los maltratadores y se penaliza a las madres que intentan evitarlo con multas y, a algunas, hasta con penas de cárcel. Otras han perdido a sus hijos. Hasta el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) reconoce que se han cometido muchos errores.
¿Qué proponen ustedes al respecto?
Para empezar, que los grandes partidos se pongan de acuerdo para hacer funcionar, de forma efectiva, el sistema de protección que ya existe. Nuestra asociación, Ve-laluz, presentó en el Parlamento un programa de cómo debería ser el sistema para empoderar a la víctima y no para que unos cuantos hagan negocio. ¿Sabes cuánto se gasta la Xunta de Galicia en los puntos de encuentro? Casi 400.000 euros por someter a los niños al maltrato. ¿Y en las casas de acogida? La misma cantidad al año sólo en A Coruña para 11 plazas que se ocupan al 70% y en las que la mujer comparte habitación con sus hijos y tiene que cumplir con los horarios de un sargento como si fuera una delicuente. Nosotras hicimos un extenso estudio y concluimos que, en un año, con un complejo residencial de bungalows en los que pudieran rehacer sus vidas de verdad, entrar y salir cuando quieran, la víctima estaría recuperada al 100%, se abaratarían los costes -y hasta sobraría para destinar fondos a otras causas- y las asociaciones, en vez de cobrar por hablar, cobrarían por trabajar.
Su asociación no es una formación feminista al uso...
"Somos víctimas que seguimos ligadas al violento Somos legionarias, las novias de la muerte"
No. Para empezar, somos de las pocas asociaciones que no recibe subvenciones de ningún tipo. Nos buscamos la vida para sobrevivir con actividades como, por ejemplo, la venta del calendario que sacaremos este mes. Nosotras somos supervivientes de la violencia de género que a día de hoy continuamos atadas, de una forma u otra, al violento. Somos unas auténticas legionarias. Somos las novias de la muerte. Llevamos desde 2009 pidiendo una protección real para las víctimas, porque no sólo nos enfrentamos al maltrato, sino también al maltrato institucional que se ha creado con el gran negocio que se han inventado alrededor de la violencia de género.
¿A qué se refiere con "el gran negocio montado alrededor de la violencia de género"?
Los Puntos de Encuentro Familiar son las oficinas de Correos más caras de España donde se entrega a los niños a los maltratadores como si fueran paquetes. Muchas casas de acogida están gestionadas por la Iglesia, que cobra a las víctimas el 50% de los 420 euros que reciben y luego ofrecen una asistencia que relega a las víctimas a la mendicidad, disminuyendo su autoestima. El problema de la protección de las víctimas no es que no exista, es que no se ha llevado a cabo de manera efectiva.
Al revés, el sistema de protección actual incita a la víctima a la sumisión total. Es un sistema de protección en el que es la víctima la que tiene que esconderse, la que está condenada al destierro, a dejar su trabajo, su casa, su vida. Es el maltratador el que tiene que ir a una casa de recuperación o a la cárcel, no la víctima -que no ha cometido ningún delito- a una casa de acogida.
Por otro lado, hay asistentes psicosociales que destrozan la carrera de Psicología y la dejan a la altura del betún cuando exigen a un menor que ha visto cómo maltratan a su madre que cuente en media hora todo lo que ha vivido. Falta mucha formación especializada entre quienes se encargan de atender a las víctimas.
"Hay que denunciar. Cada mujer que entra en un juzgado es una heroína"
¿Se refiere también a jueces y policías?
La policía es el gran problema. Los cuerpos especializados trabajan sólo en horario de tienda: de lunes a viernes. Ello trae como consecuencia que haya casos -incluso reconocidos por el Ministerio de Interior- en los que los agentes convencen a la víctima para que no denuncie. Otros en los que no se les ofrece abogado a la denunciante, que tiene que firmar una redacción sesgada de su declaración tras seis horas contando su historia. Y luego el maltratador asegura que es una denuncia falsa y el juez que hay falta de pruebas. Al final, todos quedan de maravilla menos la víctima.
Además, los jueces se basan en la jurisprudencia existente. ¿Pero qué jurisprudencia? ¿La anterior a la Ley Integral contra la Violencia de Género que es machista hasta decir basta? Se están basando en sentencias relacionadas con agresiones de otro tipo que nada tienen que ver con la violencia de género.
Es muy alta la cantidad de mujeres que han ido al juzgado y su caso se ha quedado en falta. En España hay un 64% de casos sobreseídos; en Galicia, un 57%. Parece que o vas a apuñalada o no pasa nada. Desde el principio de la Ley Integral (2007) ha habido buenas intenciones pero hay carencia de medios y falta mucha formación, en la policía, en los abogados y en los jueces. Está desapareciendo la prevención.
Y, a pesar de todo, sigue animando a las víctimas a denunciar...
Por supuesto. Cada mujer que entra en un juzgado es una heroína, pero no sólo por haber decidido salir del maltrato, sino por aguantar el maltrato institucional al que se enfrentan después. Por eso yo siempre animo a denunciar, pero a denunciarlo todo.
016. Teléfono de atención a víctimas de violencia de género. Es gratuito y no deja rastro en la factura telefónica.
publico.es
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