Es muy importante reivindicar el uso del lenguaje inclusivo
en todos nuestros ámbitos: personal, social, laboral, porque el lenguaje
construye nuestras realidades, sentimientos y pensamientos y, por tanto,
transformando las formas de lenguaje actuales podemos deshacer realidades como la
violencia, la exclusión o la discriminación y crear algo nuevo.
Hay que desmontar todos los preceptos heteropatriarcales que componen las formas de lenguaje y
comunicación heterosexistas, trabajando en pro de un lenguaje y una
comunicación igualitaria. No solo hay que centrarse en el sexismo o el género,
sino que hay que promover su intersección con el pensamiento heterocentrista,
que conduce siempre a una dicotomía.
Cualquier persona que desee una verdadera igualdad entre
personas debería usar un lenguaje inclusivo, y es que la falta de un lenguaje
inclusivo puede observarse en las matemáticas, la historia o el periodismo, y
aunque ha habido cierto avance y que eso se manifiesta en los medios de
comunicación, queda mucho por hacer, ya que el lenguaje es un pilar básico del
heteropatriarcado, es muy amplio y está muy interiorizado.
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