Sin embargo, el sindicato UGT desarrolló en 2005 y 2006 el
programa "Sin tiempo para crecer" porque había detectado que el
tiempo de algunos menores en el campo y como temporeros era excesivo y sí que
había explotación laboral. UGT intervino en las campañas de tomate de Badajoz,
de cereza en Cáceres, de aceituna en Jaén y de fresa en Huelva."Entre los
problemas más importantes de los niños que viajan con una familia temporera
figuran el fracaso escolar (un 40%) el desarraigo y falta de adaptación (un
20%) y la no escolarización (15%)", señaló entonces el sindicato en un
comunicado. La campaña se hizo solamente esos dos años.
Dentro del trabajo infantil está lo que la OIT llama “las
peores formas”. Es decir, actividades que entrañan la manipulación de cargas,
exposición a elementos químicos o a otros riesgos. “Incluso los menores en edad
legal para trabajar tienen que quedar exentos de tales actividades. Por
ejemplo, un chico de 17 años subido al andamio de una obra, o cargando peso…
eso también es trabajo infantil a erradicar”, puntualiza Nieto.
La inspección de Trabajo y Seguridad Social ha detectado en
los últimos años una media de 50 infracciones en empresas por tener trabajando
a menores. Y a principios de década un informe de Unicef señaló que había
172.000 críos que ayudaban a sus familias en el campo, la ganadería o en tareas
domésticas. En España, los únicos menores de 16 años que pueden trabajar
gracias a un real decreto son los que se dedican al ámbito artístico.
Inexistencia de datos actualizados
“El problema en todo el mundo y también en España respecto a
la explotación infantil es que no hay datos ni estadística actualizada”, alerta
Teresa de Gasperis, técnico del área internacional de Accem, ONG que trabaja
con personas refugiadas en inmigrantes en España. Esa laguna estadística
también la denunció en 2012 un informe específico sobre trata elaborado por la
Oficina del Defensor del Pueblo.
La legislación europea supuestamente protege a los menores a
través de varios cauces. Por ejemplo, el Convenio del Consejo de Europa de la
lucha contra la trata de personas establece que cuando un niño es identificado
como víctima y no está acompañado, tendrá que asegurarse su representación legal,
su identificación y “se realizarán todos los esfuerzos necesarios para
encontrar a su familia”. Además, la Comisión Europea tiene previsto financiar
en 2014 la elaboración de directrices sobre los sistemas de protección de los
menores para que los Estados miembros impidan “que sean de nuevo objeto de
trata”. Esto en la teoría. En la práctica en España, el informe del Defensor
del Pueblo detectó que “ninguno de los servicios de protección de menores
autonómicos cuenta con recursos residenciales específicos para menores víctimas
de trata”.
“En España lo que más se trabaja es la trata de menores con
fines de explotación sexual, pero también hay explotación laboral que no sale
en las estadísticas”, señala De Gasperis. Los datos sobre trata en España que
recoge el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e igualdad señalan que en
los últimos años entre 13 y 15 menores han sido detectadas como víctimas de
explotación sexual.
Pero también hay otros menores explotados en la mendicidad.
Diversos informes elaborados por ONGs en Valencia y en Sevilla detectan que los
menores, además de la prostitución, son obligados a mendigar con bebés, a
cometer hurtos o a recoger firmas de apoyo para organizaciones inexistentes. La
ONG Tierra de Hombres realizó hace unos años un informe sobre los niños y
adolescentes que han migrado desde Rumanía o Albania hasta España y en muchos
casos constató que eran víctimas de explotación laboral. El informe señala que
los menores llegan a España acompañados de supuestos familiares, cuando en
realidad en Rumanía se encontraban en casas de acogida. “En la mayoría de los
casos, los menores sufrían desprotección y vulneración de sus derechos: no se
encontraban escolarizados y sus relaciones familiares se presentaban
desestructuradas”, concluye dicho estudio.
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