No se están activando los mecanismos de control que teníamos
en la Ley de Violencia. Todos los juristas, independientemente de su ideología,
la plantean como necesaria para integrar
y corresponsabilizar a todos los operadores jurídicos. Además, esta Ley también
activa, en las Subdelegaciones de Gobierno, unidades de igualdad y de
violencia. Y las de violencia servían para que, antes de que se produzca una
víctima, hubiera un seguimiento, porque las mujeres pueden ir antes a una
asociación de mujeres que a presentar una denuncia, ya que esa es una decisión
muy tomada, muy pensada.
Las reuniones de las Unidades de Violencia no funcionan,
pues desde que este gobierno entró hace 18 meses nadie las ha convocado en La
Moncloa. El Ministerio de Sanidad e Igualdad debería convocarlas. Deberían
haber campañas de prevención, son absolutamente necesarias. Por ejemplo, la
Dirección de Tráfico hace campañas para ponerse el casco, o para abrocharse el
cinturón. ¿Cómo podemos convivir con una media de 65 mujeres muertas al año? ¿Cómo
es posible que no se hagan campañas para que las mujeres detecten que hay
violencia? Estas campañas deben plantear el hecho de que el control sobre tus
redes sociales o tu teléfono puede ser un síntoma de violencia. En esos casos,
tienes que ir a una trabajadora social o algún lugar donde puedas mantener una
conversación que te ayude a detectar si estás en peligro.
Se está desactivando la Ley de Violencia, no se hacen
seguimiento de los protocolos de violencia en ayuntamientos o diputaciones; se
está rebajando dinero en la comunidades autónomas; y, encima, se quita la
expresión de ‘el machismo mata’, cuando el machismo es una conducta orientada
al control y al desprecio a una mujer como igual al hombre, que tiene sus
mismos derechos. Además, hay un silencio tremendo. La prensa te ofrece un
micrófono inmediatamente después a que haya una víctima y es el momento
oportuno para que las autoridades hablen de forma gratuita, inviten a la gente
a que denuncie si hay golpes, a advertir a las mujeres que no mejoran las cosas
porque se callen, a que se lo cuenten a su familia. Y eso te lo ofrecen de
forma gratuita. La ministra Mato no ha hecho una sola declaración sobre la
violencia. Es indecente que no se aprovechen de los medios de comunicación, que
sacan permanentemente estas noticias, sobre lo que es informar por parte del
máximo responsable.
En el Gobierno hay un desprecio absoluto a lo que significa
igualdad de trato, para el acceso a servicios de salud, igualdad de condiciones
para acceder, por ejemplo, a las universidades, a los colegios, en la relación
entre hombres y mujeres. Es más, la reforma laboral está pensada para que las
mujeres se queden en segundo plano. Las ETTs, que pasan a contratar, quieren a
una persona libre de cargas familiares. Un desprecio absoluto a lo que es la
conciliación de hombres y mujeres. La igualdad de trato ante el acceso a
derechos básicos este gobierno no la quiere. Es un gobierno profundamente
liberal, en el peor sentido, en el de la renta.
Se ha vuelto a no denunciar, a que la mujer no diga nada
ante una agresión de su pareja, porque no van a salir de su casa con la crisis
económica y porque no se fían de las instituciones. Ven que hay muertes, pero
que desde las instituciones nadie sale en la televisión diciendo que están con
ellas.
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